Georg Friedrich Haendel nacio en Halle, Alemania, el 23 de Febrero de 1685.Y fallecio el 14 de Abril de 175
Haendel , comenzó a practicar la
música de manera secreta hasta que su padre le impulsó a estudiar.
Entonces recibió lecciones de Zachow, el principal organista de Halle, y
cuando tuvo 17 fue nombrado organista de la Catedral Calvinista. Un año
después se traslada a Hamburgo y se desempeña como violinista y
clavecinista en el teatro de ópera de esta ciudad, donde además logra
estrenar Almira a comienzos de 1705 y Nero un poco má
En 1706 Haendel aceptó una
invitación para visitar Italia y pasó más de tres años en Florencia,
Roma, Nápoles y Venecia. Allí presentó óperas y otras obras escénicas
(incluyendo oratorios como La resurrezione en Roma) y escribió muchas
cantatas italianas, perfeccionando su técnica de musicalizar textos en
italiano. En Roma también compuso música religiosa en latín.
En 1710 deja Italia y viaja a Hanover, donde es nombrado
Kapellmeister por el Elector, pero al recibir una invitación de Londres,
donde su ópera Rinaldo fue presentada en 1711, pide permiso para ir a
Inglaterra. De vuelta en Hanover logra otro permiso y retorna a Londres
en el otoño de 1712.
Cuatro óperas más se produjeron entre 1712 y 1715 con cierto
éxito, también escribió música para la iglesia y para la corte, siendo
recompensado con una pensión realEn 1716
Haendel visita Alemania y al año
siguiente compone, probablemente, la Música del Agua para acompañar una
fiesta de Jorge Primero en el Támesis. En 1717 ingresa al servicio del
futuro Duque de Chandos en Edgware, cerca de Londres, donde compone 11
himnos o anthems y dos obras escénicas, Acis y Galatea, y Ester, para la
modesta banda de cantantes e instrumentistas que trabaja ahí.
Entre 1718 y 1719 un grupo de nobles tratan de promover la ópera
italiana en Londres y forman una compañía patrocinada por el rey, la
Royal Academy of Music. Haendel , nombrado director
musical, viaja a Alemania, visita Dresde y contrata varios cantantes
para la Academia, cuya apertura se realiza en abril de 1720. Radamisto
de Haendel inaugura una serie que incluyó en los años siguientes a Ottone, Giulio Cesare, Rodelina, Tamerlano y Admeto.
Obras de Bononcini (visto por algunos como rival de Haendel )
y otros también se presentan allí, con un éxito similar al de las
partituras de Haendel, por una compañía que incluye a algunos de los más
finos cantantes de Europa, sobretodo el castrato Senesino y la soprano
Cuzzoni. Pero como el apoyo del público era variable y la base
financiera insegura, la aventura colapsó en 1728.
Un año antes Haendel , quien había sido
nombrado compositor de la Capilla Real en 1723, había escrito cuatro
himnos para la coronación de Jorge II y recibido la naturalización
británica.
on el empresario de la Academia, Heidegger, alquiló el King"s
Theatre y (después de un viaje a Italia y Alemania para contratar nuevos
cantantes) se embarcó en una serie de temporadas que comenzó a fines de
1729. El éxito fue mixto. En 1732 Ester se presentó en la sociedad
musical de Londres por unos amigos de Haendel y luego en público por un
grupo rival. El mismo compositor preparó su partitura para incluirla en
la temporada del teatro, pero el Obispo de Londres prohibió una versión
escénica de una obra bíblica.
Entonces incluyó Acis, también en respuesta a una aventura
rival, y el verano siguiente escribió Athalia, tras una invitación a
Oxford, y la presentó en el Sheldonian Theatre. Entretanto una segunda
compañía de ópera (Opera of the Nobility) había comenzado a competir con
Haendel por la audiencia y después de cuatro temporadas ambas
fracasaron. Sin embargo, en este periodo aparecieron obras tan
importantes como la ópera Orlando y los ballets Ariodante y Alcina.
Durante el resto de la década de 1730 Haendel
se movió entre la ópera italiana y géneros ingleses como el oratorio, la
oda y otros parecidos, inseguro de su futuro comercial y artístico.
Después de un viaje a Dublín entre 1741 y 1742, donde El Mesías tuvo su
estreno en un concierto de caridad, el compositor dejó la ópera de lado y
se dedicó, desde entonces y por el resto de su vida, a la presentación
de oratorios, principalmente en el nuevo teatro Covent Garden.
El Antiguo Testamento le proporcionó la base para la mayoría de
ellos, como por ejemplo Sansón, Baltasar, José, Josué, Salomón), pero a
veces experimentó con la mitología clásica (Semele, Hércules) o la
historia cristiana (Teodora). Todas estas obras, junto con algunas
anteriores como Acis y las dos odas a Santa Cecilia, se interpretaron en
forma de concierto y en inglés. Y por lo general, durante el intermedio
de tales presentaciones, el mismo Haendel tocaba un concierto para
órgano o dirigía un concerto grosso.
Durante su última década de vida ofreció varias presentaciones
de El Mesías, usualmente con 16 cantantes y 40 instrumentistas, en ayuda
del Foundling Hospital. En 1749 escribió una suite para instrumentos de
viento (con cuerdas optativas) para ser interpretada en Green Park
durante los Fuegos Artificiales Reales que celebraron la paz de
Aix-la-Chapelle. Su ultimo oratorio, compuesto mientras aumentaba su
ceguera, fue Jephta (1752), ya que The Triumph of Time and Truth (1757)
se estructuró a partir de material antiguo.
Haendel fue muy práctico en el reciclaje de ideas y
muchas veces se basó en música de otros (aunque generalmente evitaba ser
detectado), empleando ese material como un breve motivo o en su
totalidad pero acomodado a su propio estilo.
Haendel murió en 1759 y fue sepultado en la Abadía de
Westminster, siendo considerado en Inglaterra y por muchos en Alemania
como el más grande compositor de su tiempo.
Su manejo de un amplio rango de expresión quedó demostrado no
sólo en sus óperas, con sus ricas y variadas arias, sino también en la
forma que creó, el oratorio inglés, donde lo aplicó al destino de
naciones y a sus personajes.
Haendel tenía un vívido sentido del drama,
pero sobretodo, revelaba recursos y originalidad inventiva, como se
puede apreciar en la extraordinaria variedad musical encontrada en los
conciertos Op.6, y tal característica lo equipara con Johann Sebastián
Bach como uno de los supremos maestros de la música barroca.
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